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martes, 26 de abril de 2016

Manos sucias.

 “Empuñaba un fusil, solo, era un niño…un niño. Trabajaba de sol a sol, manos ensangrentadas y solo era un niño…un niño. La muerte precoz venía y venía, sed y hambre, solo era un niño, un niño. Huía de su tierra, de su techo y solo era un niño..un niño.”
El hambre , la sed, los refugiados, las guerras, el éxodo y todo esto por qué. Vivimos en un mundo desequilibrado, envuelto en llamas que tocan nuestra atmósfera. No lo entiendo, no entiendo la palabra paz si acometemos atrocidades en otras tierras no lejanas de aquí. Somos tan minúsculos, solo polvo de estrellas que en el suceso de los años nos empequeñecemos más. Imágines y más imágenes de las atrocidades de este mundo ¡El respeto¡ Si, esa valiente palabra que deberíamos llevar muy dentro y por  qué no pegada en la frente. Somos nosotros mismos los occidentales los que hemos fabricado este ambiente hiriente, aberrante, doloroso con el consiguiente resultado. Vendemos armas, saqueamos lugares donde los niños y mujeres trabajan en pecaminosas condiciones…y después qué…abandonados bajo el registro de una muerte temprana. Tiramos esa moneda para nuestro beneficio, en muchos casos, los hacemos inconscientes de lo que ellos mismos pueden crecer. Habitados en un mundo de desorientación para ganancia de otros. Somos manos sucias. 

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