“Empuñaba un fusil, solo, era un niño…un niño. Trabajaba de
sol a sol, manos ensangrentadas y solo era un niño…un niño. La muerte precoz
venía y venía, sed y hambre, solo era un niño, un niño. Huía de su tierra, de
su techo y solo era un niño..un niño.”
El hambre , la sed, los refugiados, las guerras, el éxodo y
todo esto por qué. Vivimos en un mundo desequilibrado, envuelto en llamas que
tocan nuestra atmósfera. No lo entiendo, no entiendo la palabra paz si
acometemos atrocidades en otras tierras no lejanas de aquí. Somos tan
minúsculos, solo polvo de estrellas que en el suceso de los años nos
empequeñecemos más. Imágines y más imágenes de las atrocidades de este mundo
¡El respeto¡ Si, esa valiente palabra que deberíamos llevar muy dentro y por qué no pegada en la frente. Somos nosotros
mismos los occidentales los que hemos fabricado este ambiente hiriente, aberrante,
doloroso con el consiguiente resultado. Vendemos armas, saqueamos lugares donde
los niños y mujeres trabajan en pecaminosas condiciones…y después qué…abandonados
bajo el registro de una muerte temprana. Tiramos esa moneda para nuestro
beneficio, en muchos casos, los hacemos inconscientes de lo que ellos mismos
pueden crecer. Habitados en un mundo de desorientación para ganancia de otros.
Somos manos sucias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario