“Universo constante. Emisor de los poemas
intactos en el tiempo. “
Los años pasan
pero a veces la memoria nos trae ciertos fotogramas de la vida del ayer, una
vida lejana y lucida que atraviesa el pecho de manera nostálgica. El otro día
en cierto debate de identidad me vi. Miré aquellos 90 donde se buscaba la magia
de las poetas, de los poetas que en aquellos años alumbraban las islas. Nos
reuníamos en las habitaciones de una residencia destacada de La Laguna y
charlábamos y charlábamos al encuentro de aquellos poemas que nos hacían
compañía en los estudios. La sed del saber, del conocer los misterios que se
enhebran en el hincar los codos por aquellos parajes, ahora, ausentes. Leíamos
poesía elaborada por canarios-as cuyo nombre no delataré pero el suceso de las
estaciones me ha dado oportunidad de conocerlos, de conocerlas en esta
atmósfera que me rodeo. Con ello considerado la posición no marginal de las
letras de aquí, de la isla. Siempre ha habido personas muy interesadas de todos
los ámbitos. Tomábamos la senda de ese frío lagunero acompañadas en las
sensaciones de cada verso emergido de sus calles, de su luz. Correduras de una
residencia perenne en el paso, en el paso de aquellas conversaciones que ahora
queda lejos, muy lejos.