El ayer. Los años. Ya han pasado tantos donde nuestros abuelos , donde nuestros bisabuelos viajaban en busca de la fortuna, al encuentro de una vida en alzada en las cumbres del bienestar. De esto, hace mucho tiempo. Todo es cíclico, todo redondea el movimiento humano en masas. Ahora, vienen aquí en la huída del hambre , de las guerras, de la miseria, del todo de sus penas. Ahora, los rechazamos como si nosotros no tuviéramos pasado. Se ha creado en estas islas por ciertas gentes que no califico un cierto desdén, desprecio que ronda el precipicio de la nada para aquellos que sueñan con un mundo mejor, un mundo absorto en la violencia exterminada. No entiendo y este entendimiento nulo me lleva al sin sabor. Todos pertenecemos a esta pequeña masa esférica llamada tierra. Una masa esférica en un esquina del cosmos, en una galaxia donde tal vez existan más vidas. Desde este punto de vista porqué tanta mala lengua, porqué tanto rechazo aquellos que hacen lo mismo que nosotros hicimos. Detengamos, situemos la memoria en su lugar, respiremos el aliento del ayer y comprenderemos el porqué de la llegada. No nos debe molestar nada, la existencia da gira y gira y todo se repite y todo regresa.