EVOLUCIÓN
Y el chico dijo
tengo sed. Y él respondió no, no beberás de mi río. Y el chico dijo, soy
muerte. Y él respondió no, no beberás de mi río. Y el chico se fue, solo, mudo,
con los ojos de un blanco de luna.
La tierra, planeta minúsculo como
polvo de estrellas que se esconde en las entrañas de la vía Láctea. Humanos,
gentes que pueblan ese lugar del infinito cosmos. Nos expandimos bajo los hilos
convergentes del deterioro, no todos. Bajo un mundo donde lo dañino nos puede
sepultar de existencia. Hay un desequilibrio mental entre los que habitamos
esta pequeñez que nos molemos en aberraciones graves entre unos y otros. Tonadas
desagradables pronunciado dolor, pena, angustia, temor y muerte de nuestras
manos. No. No hemos evolucionados, seguimos igual en la secuencia de la razón,
de la ruta a seguir cuando queremos ser brillantes de nuestros pirales. Yo diría
más bien un retroceso que no va de acorde con este siglo XXI. Todavía hay
hambre…mucha hambre. Todavía hay sed…mucha sed. Todavía hay la cercenación de la mujer…la mujer rota, la mujer objeto, la
mujer obsoleta en el movimiento fluido de esta esfera. Miro la oscuridad del
universo. Miro las estrellas más allá de nuestro mundo. Miro lo lejano que es
todo equilibrio donde la guerra aun existen, donde sus gentes huyen como
persona no aceptada en otras sociedades. Un desencanto se refleja y heridos nos
acomodamos en nuestro rincón, cada día más y más. Y qué será de las
generaciones venideras, con el mismo odio, con la misma desolación, pero más
violenta, con los mismos ojos mirando la nada que somos. Y seguiremos inflándonos
de rencor. Y seguiremos inflándonos de un daño imposible de respirar cada
jornada que pasa. Tenemos una carga virulenta pesada…muy pesada. Ya vemos, contemplar
y enderezarnos en nosotros mismos en la pregunta por qué. Por qué la fealdad y
la maldad nos mira, nos toca, nos arrastra hasta la autodestrucción. Tenemos
que desposeernos de ese velo, de ese velo que nos ausenta de todos los horrores,
de las lamentaciones de los más débiles, de los más frágiles. Evolución, diría más
bien decadencia.