No, no existe la locura
Sino los pozos amasados
Por la ceguera.
Esta sociedad que nos marca hoy en día es distante a los
procesos que discurren en otros lugares lejanos o cercanos, da lo mismo. Me
encasillo en estos momentos que medito en un campo de refugiados. Sí, por poner
un ejemplo. Como será la salud mental en estas esferas ajenas a nosotros.
Imagino un castigo, una pena, una impotencia, un llanto, un grito, un desafía
de ojos muertos, delirantes, perdidos, ensuciados por una paz, una libertad,
una vida que no llega. Todo ello debe ser terrorífico, trepidante en un sin
sentido a la existencia. Estamos aquí , cómodos, pero pueden mantener sus
piernas en vertical ante un conflicto bélico, ante ruido y más ruido, ante frío
y más frío, ante hambre y más hambre, ante sed y más sed. Caravanas esclavas de sus mentes en la
ausencia, en el desastre, en el desahucio, en la ignorancia. Me conmueve y me deja un resquicio de extraña
pena ¿Cómo son tratados? Y veo esas figuras despierta, relegados en la
marginalidad, liados con cadenas y
mordazas sacudiendo sus vidas. Vidas sin ningún pronóstico, sin que nadie que
los atienda.