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martes, 9 de julio de 2019

SANFERMINES Y DEMÁS...


Un chupinazo y zas, corrientes humanas detrás de toros desembocados a la muerte. Los picotean , los incitan, los hieren, los asesinan sin más explicación que ser hijos de la costumbre de los años. Aquí me detengo, miro este país, España en pleno siglo XXI que se dice ser desarrollado. A qué atiende estas palabras. Plazas de toros, corridas, etc…y ahora el paso a los Sanfermines.  Menosprecio esta cultura del ocio endemoniado con la sangre, con esas gentes que corren detrás de estos animales indefensos, provocados. No , no estamos en un país desarrollado. Un estado desarrollado es aquel que puede recurrir a otras formas de diversión sin el derramamiento de la sangre. Veo una secuencia de raíces radicales en la edad media. Un pueblo consumiendo la fiesta en la tortura y un galopar frenético donde todo es rojo. Y seguiré diciendo, todo a su ritmo, cada cultura lance su grito en la danza ancestral pero tengamos cuidado, no somos primitivos, somos el hoy. Un hoy que bucea en la sangre. Y qué sentido tiene.  Estamos ante una sociedad violenta donde se avivan las maneras bestiales , brutales, aberrantes de las personas. No, hay que reeducar desde la inmediatez del nacimiento los valores, lo negativo que conlleva este tipo de fiestas. Enaltecer la agresividad, pienso yo, de manera negativa, enfocada a lo absurdo. Sentémonos y miremos alrededor, meditemos y razonemos si vale la pena la España de los Toros y Festejos, esa España que no conozco y no quiero conocer.