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martes, 19 de abril de 2016

El acoso...

Acoso. Se recurre a esta palabra cuando una persona recibe tras de sí un empeño en ser manipulada, perseguida . Hay muchos tipos, muchos discurrir cuando hablamos de ella. Acaso por el mero hecho de controlar todo tu estado, lo que haces, con quien hablas. Acoso tipo sexuales el ser en cuestión siente una obsesión por su víctima llegando anular todo lo que ella es. Siempre hay un momento, un estado en que la persona en circunstancias extrañas cae bajo sus manos groseras. Acoso escolar es algo que prima hoy en día o mejor dicho ha existido pero es ahora cuando sale a la luz. Todo sobresale en este siglo XXI es decir que no es nada nuevo. Será que por los medios de comunicación estamos más despiertos ante la denuncia. Observamos como víctimas son sometidas a aberrantes circunstancia por ser como  es. Pienso, medito, que este aspecto humano tiene inclinaciones nocivas y perjudiciales para una sociedad. El acosador es débil y confía que menospreciando, arremetiendo, rajando a su víctima es superior. Todo esto se puede evitar desde una educación en las esferas de la niñez donde todos crecemos con la misma monotonía y somos distintos. El hacer daño es un artilugio de miedo, de frustraciones al cambio. Pero qué hacer ante la mediocridad de estas bestias que vestidas con alas angelicales desahucian a su víctima hasta la huída de esta. Este es  un tema controvertido, difícil por deberían figurar diversos axiomas.  El acosado/a no debería de callar. Para qué…todo tiene girar en torno  a la luz y me contradigo hay circunstancias en las que sí, dependiendo de la agresividad y amenazas de estos habría que tratarlo de manera muy sutil.  Para terminar decir que nacemos libres y cada uno verá los caminos a tomar en el transcurso de la vida. Ningún opresor o acosador debe cancelarnos tanto físico como psíquicamente por ser como somos. 

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