“Tal vez el mañana serás brío de la realidad, donde la
verdad se alzará como alas de mariposas”
Sí. Sí que me violen . No hay nada de importancia, digo. Me
callo , pierdo la noción del tiempo , y con la conciencia dormida nos
arrastramos hasta un despertar tormentoso. Sí, que si que después viene a la
memoria ida el dolor, la pena, esa angustia que nos retuerce los huesos en el
devenir de los días, de las horas, de los segundos. Ah y después confiesas,
después busca alguna palabra que te dé la razón. Qué no, que tú no te dejaste
pero la sociedad te marcara, te ausentará en el silencio. Tomo la palabra violación en cualquiera de
sus términos, según defino provocar un
suceso con la muerte en vida de la víctima, de la existencia ¿Y qué hacer? Eso
digo yo…temblar bajo los puentes del lamento por que encima eres culpable. Lo
único que queda es rodar y rodar en ese instante de vida en un llanto ciego,
incoherente en el sentido de tus pasos. No digas nada, por supuesto en esta
atmósfera que te rodea. Culpable. Si, serás culpable o ida frente a una pared blanco mortal. Pero da la
casualidad que algunas no le dan la gana. Y luchan, y sudan gotas de penuria, y
se arriman a su autodefensa. No te
preocupes alguien te escuchará y las manos gritarán no. Al carajo la estructura
sociológica de un país, de un pueblo o lo que sea , ojala
que un cuchillo a ras de sus lenguas de
expertos los condene a la desidia. Sí, esa desidia que sienten muchas cuando la
han atado a la nada, al vacío.
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