“Me he quedado a esperarte. No
sé por qué te espero en este viejo parque, o playa, o jardín que tu
inventaste…”
Leo en la profundidad de la
noche oscura de una primavera bien bella la belleza de estas palabras escritas
en el libro Hospital de Mariposas. Qué decir de Elsa López, solo silencio, solo
lo perfecto de un asombro cuando mis ojos olisquean este libro. Un suspiro
contenido me abraza, y la fragancia de su voz en estas letras fluyen de una
naturalidad indudable. Un libro que guarda muchas dedicatorias, seres
que han estado, que están en su vida y no la han cercado. Libre, ella es libre
en su hacer en su contemplación de cada humano. La humanidad resalta concluyendo con cierto aire de
tristeza. Una
pena que se esconde bajo un telón donde ella es taconeo risueño de sus seres
queridos. Porque
ella los quiere. Estos
relatos que conforma cuasi una parte de su vida ya ficticia con muchos realces
de realidad. Lo vivido es lo se amontona en este pequeño pero gran libro. No
hace extenderse mucho para decir algo hermoso, algo bonito. Conversar consigo
misma en lo más hondo de su intimidad con esas rutas de su vida. Todos es
una sola narración, el amor. Ese amor que converge en una sola palabra paz.
“…Que te has muerto. Que te has
quedado, por fin, descansando, en brazos de aquellos que amabas. Que te has ido
, serenamente…”
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