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miércoles, 1 de mayo de 2019

LA ISLA...


Vivo en una isla y no cabe duda. Una isla briosa en su naturaleza vigente aun en la actualidad, no  en todas, pero existe un aliento fresco de especies que aun dan respiración ante la crisis climática. Tenemos el matorral costero, unas especies que tienen que soportar las inclemencias del agua, por ello, están preparados para agarrarla y almacenarla en sus tejidos que son suculentos.  Es  como  si el desierto despertará en estas ínsulas en una altura hasta los 800 o 300-400 según la orientación. Hay vemos  tabaibas, cardones, verodes, aulagas, siemprevivas, margaritas, etc…Si seguimos ascendiendo  nos encontramos con el bosque termófilos .  Sabinas, almácigos, lentiscos, acebuches, dragos, palmeras, etc según la isla porque se han ido perdiendo con el paso del tiempo y quedan apartados  en las islas más occidentales. Y seguimos caminamos , nos metemos en el maravilloso y virginal Monteverde. La laurisilva de la era terciaria deja ver el laurel, el acebiño, el viñatigo, etc…En su ida la sustituye la faya-brezal . Es muy rico, muy hermoso con sus helechos, líquenes…Llegamos ahora a lo pobre pero bello el pinar  con sus jaras, tagasastes, tomillos…Y terminando el matorral de la cumbre, cumbre esplendorosa donde si pisamos la isla de en frente podremos hallar el pico del Teíde con la violeta del Teíde. Porqué no hay que desperdiciar cada rincón de estas ínsulas. Islas donde con sus microclimas y relieves podemos ver un surtido de vegetación de toda índole aunque somos minúsculos, pequeñitos terráqueamente y más aun en el universo (nada). Y no es que sea decidida a lo único y exclusividad de esta parte del mundo. Un mundo donde la diversidad nos puede asombrar y nos asombra. Por ello tenemos que cuidar lo que nos rodea, lo que pisamos para que generaciones futuros puedan sentir en su visión, en su tacto admiración por los paisajes distintos de este globo. Sí, vivo en una isla y por ello tengo que escribir de la atmosfera que me envuelve, que observo pero sin menospreciar el otro lado del océano que nos separa de otras bellezas.

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