Se va el hombre pero queda el aprendizaje de su verticalidad
sonriente ante la vida. Altruista, sencillo, dedicado a una obra que con el
paso de los años ha abrazado a la cultura. Todos hemos podido compartir uno de
sus sueños sin pedir nada a cambio. Pequeño y grandes instantes eviterno en el
curso del mañana. Ahora queda su esencia como flujo de quienes lo apreciábamos,
admirábamos. Será duro el camino, pero hay que continuar, perseverar su
proyecto como apoyo desinteresado a todas las artes, como eje en la primacía
del buen hacer de su espíritu navegante en el presente, en las estaciones
venideras en nuestra memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario