ÓPERA
Entre en una de mis deidades. Entro en mi infancia, me escurro en el don de la Opera. Crecí con ella en el curso de mis años. Recuerdo esos viejos discos, esas añejas cintas de Madame Butterfly, Carmen, Norma etc… que aun suenan en mis sentidos, que aun me estremecen. La opera, un drama peculiar donde los actos se entremezcla en la sustancia vertical de sus sopranos, tenores, barítonos, etc…La amo, en ciertos momentos , en la intimidad mis sueños se vuelcan en ella alcanzando sensaciones inexplicables, sensaciones donde un respirar hondo y monótono se pierde en el tiempo. Pasa el tiempo, pasan las horas y no las percato cuando se levanta el telón y las escenas sonoras se entregan a las emociones. La ópera un drama que nos envuelve en neblinas de deseos, de sensibles contacto con otra realidad. Y al final los aplausos, las videntes pisadas de las manos ante tal eco que quedará en nuestra alma en eterno instante.
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