Ah, catástrofes naturales, un curso que con el calentamiento
global irán aumentando de manera agresiva, violenta. Ojeo las
noticias y me detengo donde la naturaleza se transforma en verdugo de sí misma.
Cada vez todo será más acentuado, no hay remedio. Estamos entrando en una nueva
era y hay que reconocerlo, hay que lamentarse con la velocidad que toma por
causa de la revolución industrial. Una era en que los humanos veremos con una
pena impotente la autodestrucción. No
quiero ser catastrófica y no lo soy pero lo que observo lo evidencia. En
ciertos puntos del planeta llegarán a extremas temperaturas y ello es
cierto. No me quiero meter en los
problemas que repercuten a este mundo azul, pero tenemos que aceptar que
estamos entrando en otro ciclo. Tengamos
cuidado donde dormimos porque ese será nuestro futuro, hay que cuidar, trata
con amabilidad y ternura esta esfera que habitamos. Amanezcamos con otra
mirada, con otra visión de cómo afrontar este deterioro irreversible. Sí,
porque no se puede mirar atrás, tenemos que ser afrontar el mañana de una
generación que viene, que vendrá.
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