“Desnuda. Sí, desnuda
y el ronronear de olas violentadas por un viento que no cesa…que no cesa.
Desnuda, liada a las mareas oscuras de la luna menguantes cuando el vacío es presencia,
es preciso en su aleteo de las miradas. Desnuda, presa de la plasticidad de un
océano que muere a medida que sus especies indeterminadas caen en redes se
ahogan en lo hondo de la herida, de la muerte. Desnuda. Sí, desnuda amasando
sueños de cada tortura de ballenas insonoras en el dolor. Desnuda, corriente
que me lleva a la ciega esfera habitada de la sin razón. Desnuda. Sí, desnuda
penetro en un océano que se pierde con el paso del tiempo. Tic-tac, tic-tac…Uhm
desnuda , somos raíces de un agua gris, perdida. “
Y por qué este rollo, así comienza mi impresión que viene
desde lejanos tiempo de un mar que no cuidamos. Pesticidas, plásticos para
decirlo de manera sencilla son el detestable fin de especies existente en el. Y no solo
ellas, también, opino, que nosotros nos autodestruimos. Ríos, mareas con tanta
basura. Debemos de reciclar, debemos aminorar del uso de plásticos, del uso de
gases mortíferos para nuestra tierra. Cada día, más y más, nos rodea más contaminación
de manera irreversible. Tal vez o será cierto que el mundo vivirá un cambio como
los hubo en la era de las glaciaciones, etc. No nos llevemos una sorpresa, la
palabra desarrollo sostenible lo dice, cuidar nuestro planeta para generaciones
futuras, para esos hijos de la tierra. En estos momentos alimentamos a nuestros
mares de todo tipo de sustancias tóxicas a igual que nuestras tierras. No se sorprendan y aparecen mutaciones
genéticas luego y un etc de enfermedades. El agua , fuente de vida, fuente de
energía, fuente de alegría hay que cuidarla, mimarla. Sí, cuidarla, como todo
en esta vida.
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